Un vendedor de buses. Ese es el apodo que recibe Enrique Peñalosa, alcalde mayor de la ciudad colombiana de Bogotá, de parte de la gran cantidad de personas críticas a su gestión.

Todo se explica en la licitación para renovar los buses del sistema TransMilenio, los cuales son calificados como verdaderas chimeneas de humo,

Según un video de la abogada y periodista Valeria Santos, muy crítica de la gestión del alcalde mayor, el problema tiene que ver con que los dos millones de capitalinos que usan a diario el TransMilenio no podrán subirse a buses eléctricos no contaminantes, a pesar de haber tenido la oportunidad.

Uno de los puntos tiene que ver con la promesa de Peñalosa de que «la inmensa mayoría de buses del TransMilenio» serían eléctricos o a gas, lo que ha estado muy lejos de ser real.

El dato duro indica que de los 1.133 buses que se compraron, un 60 por ciento de ellos son diesel y el otro 40 por ciento a gas, brillando los eléctricos por su ausencia en la renovación.

Al mismo tiempo se apunta contra la norma Euro V de emisiiones que tienen los buses, la que ya ha quedado obsoleta por la nueva Norma Euro VI y sus actualizaciones.

La doctora Santos expone que las otras dos principales metrópolis del país, Cali y Medellín, sí están haciendo las inversiones necesarias para comenzar un giro hacia la electromovilidad.

«No existe en el mundo ningún productor de buses eléctricos de plataforma alta» es otro de los argumentos que es derribado por Santos, quién argumenta que el fabricante chino BYD sí podía manufacturar los pero quedó fuera de la licitación por un detalle financiero.

La profesional indica que las exigencias anti eléctricas de la licitación provocaron que Fotón y Sunwin tampoco se presentaran en el proceso.

Finalmente se explica un eventual conflicto de interés del alcalde Peñalosa, por haber trabajado durante varios anos en una fundación que recibió importante financiamiento de parte de Volvo.